Tras la difícil situación que atraviesa el país cobra vigor un debate en torno a economía, salud y ambiente por las granjas de cerdos.
El proyecto se encuentra en una etapa de análisis y negociación entre Argentina y China. El Gobierno transmite escasa información, lo que provoca que la sociedad empiece a alterarse.
Lo poco que circula es que se instalarían 25 granjas en el país, la inversión sería en dos o tres años con un promedio de 3.500 millones de dólares, produciendo en cinco año aproximadamente 900 mil toneladas extra. Hoy en día se producen 700mil.
La Cancillería saco un comunicado en el cual muchos intelectuales, científicos, artistas y organizaciones sociales se alarmaron al leer el número que manejaban. “No queremos transformarnos en una factoría de cerdos para China ni en una fábrica de nuevas pandemias” dice el título del documento que emitieron estos actores. Al reclamo también sumaron el twittazo masivo con la consigna “Basta de falsas soluciones”. Y denominan a este proyecto “cruel e insustentable”.
La socióloga e investigadora del CONICET, Maristella Svampa, dijo que “desde el comienzo buscamos trasmitir un mensaje de que estamos ante una problemática compleja, con muchas capas: un modelo de agroindustria social y ambientalmente insustentable (gran escala, alto
consumo de agua, contaminación de agua y suelos, olores nauseabundos, afectación de la calidad de vida, impactos sobre la salud de los trabajadores y la población aledaña); un modelo que tiene altos riesgos sanitarios (los virus zoonóticos y su alta contagiosidad, agravado en
tiempos de pandemia); un modelo en clave de explotación animal (exacerbado por la crueldad y la gran escala), entre otros”.
Según la OMS, las enfermedades zoonoticas, de las que habla Svampa, “son un grupo de enfermedades infecciosas que se transmiten de forma natural, de los animales a los seres humanos” y se transmite cuando se consumen directa o indirectamente productos derivados
de estos, por ejemplo carne, huevos leche, etc.
Varios estudios que se formularon durante la pandemia por coronavirus, suponen que la mayoría de enfermedades que se producen, vienen directamente del consumo de productos de origen animal que tenemos las personas.
El proyecto agroindustrial que maneja Argentina en este momento, ligado a la situación de emergencia sanitaria, genera también muchas pérdidas de la biodiversidad, crea un hacinamiento de animales, incrementa el uso de químicos y antibióticos, genera mala
alimentación y deteriora la salud en la población. Sumado a que, promueve la aparición de estas nuevas zoonosis.
Esta nueva oportunidad que quiere tomar nuestro país de generar una producción de carne
porcina para exportar a China, es deseo de empresarios y gobernantes. Son oportunidades comerciales, y evidentemente de las consecuencias es muy difícil que se hable, aún más en un contexto pandémico.
Una realidad es que debido al escenario social grave por el que estamos pasando a nivel mundial, el país necesita ser aliviado y el Estado trata de mover para mejorar eso. Pero esta propuesta no presenta otras alternativas que si existen y si están a nuestro alcance económico.