Hace pocas horas, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, confirmo la designación de la jueza conservadora Amy Coney Barret para asumir dentro del Tribunal Supremo e insistió en la mayoría republicana del Senado que la confirmen cuanto antes, a pesar de que los demócratas quieren posponer el proceso hasta después de las elecciones presidenciales.
En una declaración a la prensa, desde la Casa Blanca, Trump anuncio: “Hoy es un honor para mí nominar a una de las mentes legales más brillantes y talentosas de nuestra nación para el Tribunal Supremo. Ella es una mujer con logros inigualables, un intelecto imponente, credenciales excelentes y una lealtad inquebrantable a la Constitución”.
Esto se indicó en un acto, en el cual habría recibido cientos de aplausos al anunciarlo, entre los participantes se encontraban la familia de Barret. También dio agradecimiento a los republicanos por el compromiso de garantizar que el proceso de confirmación de la jueza de desarrolle de forma “justa” y “oportuna”. También indico a los demócratas que deben “brindar a la jueza Barreta las audiencias respetuosas y dignas que se merece”, pidiendo a los medios que se abstengan de realizar “ataques personales”.
Si fuese confirmada en el Senado, la magistrada cubriría la vacante que dejo el fin de semana pasado en el Tribunal Supremo, la jueza progresista y feminista Ruth Badert Ginsburg, quien falleció el 18 de septiembre y ya fue convertida en un icono por la lucha por la igualdad de género.
Por otro lado, Barret es católica y tiene 48 años, y la destacan como la antítesis de Ginsburg, sobre todo en lo que refiere al aborto: la jueza fallecida siguió protegiendo ese derecho hasta su último aliento, mientras que la nueva postulante, se ha posicionado en contra del procedimiento a la interrupción del embarazo.
En las declaraciones emitidas en la Casa Blanca, Barret prometió que tendrá presente el legado de Ginsburg, a la cual alabo y dijo que ella “ha ganado la admiración de las mujeres de todo el país”. también subrayo: “Amo los EE.UU. y amo la Constitución de EE.UU.”.
Hoy, el Tribunal Supremo se compone por nueve jueces con puestos vitalicios y tienen poder para cambiar leyes de todo el país durante décadas. Es decir que, juegan un papel crucial en las decisiones nacionales como el aborto, los derechos de los migrantes, la privacidad, la pena de muerte y la tenencia de armas.
La muerte de la jueza feminista dejo a la Corte con tres jueces progresistas y cinco conservadores. Por lo que, si Barret consigue llegar a ese puesto, Trump habrá conseguido inclinar totalmente la balanza a su favor y el de los conservadores, quienes son mayoría desde 1972.