“Mi hija no murió, la asesinaron y los responsables están vivos y gozando de privilegios”: la carta de Mariela Tacacho a la Justicia

El martes pasado, la presidenta de la Corte Suprema de Justicia de la provincia (CSJT), Claudia Sbdar, recibió una carta dirigida a ella por parte de Mariela Fernanda Tacacho, madre de Paola Tacacho quien fue asesinada el 30 de octubre en Barrio Norte.

La carta se redactó y envió desde Salta, y la entregaron las abogadas Valeria Madrazo y Mariana Per en una reunión entre las apoderadas de la familia y los vocales del máximo Tribunal. En el escrito se pide que investiguen y se realicen sumarios administrativos contra los funcionarios judiciales que accionaron de “manera típica de un poder irresponsable” ya que se habían realizado 14 denuncias por la victima desde el año 2015.

Dentro de las criticas apuntando al sistema judicial, la madre de Paola fue contra el juez Juan Francisco Pisa, quien había rechazado el juicio oral contra el femicida Mauricio Paradas Parejas por haber violado las medidas de protección para la joven.

“La vida de mi hija no era un expediente, no son expedientes la vida de cientos de mujeres que mueren después de denunciar a sus agresores, acosadores, etcétera. Tampoco puede entenderse que para un juez sea un argumento válido de sobreseimiento ‘evitar un dispendio jurisdiccional innecesario’ ¿Es este sobreseimiento del juez Francisco Pisa su argumento representativo de la Justicia Tucumana? ¿Es esta la justicia que nos depara a las mujeres?”.

También, apuntó contra el actual gobernador de la provincia Juan Manzur y señaló que lo único que obtuvo por su parte fue desinterés para ella y su familia. Sumado a que, desde el hecho, la familia de Paola y desde el pueblo tucumano se exigió la renuncia de Pisa para que sea llevado a juicio político a lo que Manzur omitió.

Carta emitida por Mariela Fernanda Tacacho:

“Mi hija llegó a esa provincia como llegan cada año cientos de jóvenes y mujeres a forjar su futuro en una de la universidades más prestigiosas del país; llegó y vivió llena de sueños y proyectos, decidió quedarse allá porque las ofertas laborales no demoraron en llegarle y sus sueños empezaron a concretarse: estudiar, trabajar, viajar sola, con amigos, con familiares, etc. hasta aquel viernes 30 de octubre, día en el que Mauricio Parada Parejas le arrebató la vida de la peor manera en plena vía pública de la ciudad de Tucumán. Su muerte era totalmente evitable, ella estaría viva y seguramente pasando las fiestas conmigo en Salta, si tan sólo uno de quienes hoy administran “LA JUSTICIA” la hubieran escuchado, si tan sólo una de todas las denuncias que ella radicó hubiera prosperado, si tan solo una de las Oficinas que dicen hoy trabajar en pos de la erradicación de la violencia de género la hubiera acompañado, si tan solo un juez hubiera escuchado el pedido del fiscal para elevar a juicio al acusado o si un Auxiliar de Fiscal hubiera tenido la formación para entender que la violencia a la que fue sometida mi hija durante años no terminaba si mandaba la causa a archivo.

El abandono, la inacción y la falta de medidas concretas de parte de la Justicia y el Estado para proteger a mi hija fueron casi nulas e insuficientes, sobre todo, si se tiene en cuenta que ella realizó 14 denuncias, asistía voluntariamente en reiteradas oportunidades a las fiscalías para preguntar cómo avanzaban estas causas, ofreció pruebas, testigos, imprimió fotografías, grabó vídeos, etc. para demostrar a quienes debían investigar que ella realmente estaba en peligro, que era amenazada de muerte por quien finalmente terminó cometiendo sus amenazas, y quien se sintió impune de manera tal que nunca respetó las medidas perimetrales que mi hija con tanta insistencia conseguía.

Ella buscó ayuda donde debía buscar, asistió a donde debía hacerlo, a donde le dicen a las mujeres y víctimas de violencia de género que deben concurrir, acudió a la Justicia, fue a hacer la denuncia, fue a denunciar a su agresor Mauricio Parada Parejas, a quién la amenazaba de muerte y fue más veces de las que realmente constan hoy en sus registros, muchas veces no había personal para que le tomen la denuncia, le decían que espere a que llegara el personal o minimizaban entre burla el acoso que ella exponía.

Nadie que teme por su vida y que es violentada psicológicamente está además predispuesta a exponer su situación para ser objeto de burla, burla de quienes debían protegerla.

14 (catorce) causas desde el 2015 hasta el presente año. Sí, 14 denuncias hoy constan pero concurrió un total de 20 (veinte) veces a distintos organismos públicos: Brigada, Oficina de la Mujer, Oficina de Violencia Doméstica, Centro de Mediación de Tucumán, Secretaria de a Mujer, Violencia y DDHH de la Ciudad de San Miguel de Tucumán, hasta concurrió a la Fundación de María de los Ángeles. En definitiva nadie actuó de manera eficaz, todos éstos organismos y funcionarios que tuvieron en sus manos la posibilidad de proteger a mi hija hoy buscan evadir sus responsabilidades, algunos argumentan de competencias, otros hablan de funciones en Acordadas, llama la atención que la Oficina de la Mujer responde a su pedido de Auditoría que a pesar de no realizar atención al público atendieron a mi hija y asesoraron, pero esta oficina es creada en el 2012 y la Ley Micaela en 2018, ¿sobre qué capacitaban? En otras palabras, ninguno comprendió la verdadera responsabilidad que conlleva el desempeño de sus funciones y los deberes de funcionarios y empleados públicos. La vida de mi hija no era un expediente, no son expedientes la vida de cientos de mujeres que mueren después de denunciar a sus agresores, acosadores, etc. Tampoco puede entenderse que para un juez sea un argumento válido de sobreseimiento “evitar un dispendio jurisdiccional innecesario” ¿Es este sobreseimiento del Juez Francisco Pisa su argumento representativo de la Justicia Tucumana? ¿Es esta la justicia que nos depara a las mujeres?

Como sí aún fuera poco sumado al dolor y la bronca, el Sr. Gobernador de la Provincia Juan Manzur no demostró voluntad de acercamiento ni solidaridad para conmigo o mi familia, tampoco respondió hasta el momento a mi pedido y al de miles de tucumanos y tucumanas rechazando la renuncia del Juez Francisco Pisa para que pueda ser llevado a Juicio Político.

A mi hija le negaron el acceso a la Justicia, le arrebataron un derecho inalienable: Su Vida. La dejaron sola en manos de un depredador, un depredador que no actuaba sólo puesto que en todas sus amenazas (inclusive hay videos) hablaba en plural: «te vamos a matar», «te tenemos vigilada», «le vamos a iniciar acciones legales», etc. Dejando entreveer que no estaba solo, que en su premeditación había cómplices necesarios para concretar sus amenazas.

Mi hija no murió, la asesinaron y los responsables están vivos y gozando de privilegios. Le pido Dra. Claudia Sbdar que no me deje sola como dejaron a mi amada hija Paola, porque ninguna mujer merece la violencia institucional como respuesta, le pido que inicie sumario administrativo a todos los funcionarios, jueces y fiscales que actuaron de manera típica de un poder irresponsable.

Ninguna madre, hermana, prima o hija merece que le arrebaten su vida, sus sueños y proyectos”.

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