Tardes naranjas
Tardes naranjas me esperan,
después de estar frente a frente con el odio de otros,
que sólo hieren su propia valía,
sus pieles, sus Almas frías…
Íntegros pesares, oscurecen sus plantas,
sombras permanentes los alcanzan…
Decepcionan cobardías,
juzgar al otro, habladurías…
veneno permanente que sus bocas destilan…
¿Quién es capaz de estar en tus zapatos?
¿Se mejora al Mundo con palabras resentidas,
con críticas huecas que provocan heridas?
No se ensucia, ni difama la hidalguía…
la nobleza del otro, ni su vida…
Todo vuelve, sin duda,
ser mejor que el otro,
el Mundo gira…
Abrir el pecho, Sentir la calma,
borrar rencores, recitar mantras…
Las bondades sin duda, se demuestran,
y dejan huellas permanentes en la Eternidad…
Ana Magdalena Mariño Alurralde
(todos los derechos reservados)
Noticias felices en el mundo.
Y viajamos, ésta vez, a Japón, para encontrarnos con Tanaka Kane, una señora de 118 años de edad (cumple en enero).
Cuando le preguntamos sus secretos para ser tan linda, vivaz y saludable a su edad, nos responde que tiene toda la intención de vivir hasta los 120, por lo menos, y sus consejos, para vivir una vida plena y en salud, son de siempre estar estudiando algo, para mantener el cerebro joven y entrenado, y obviamente, la comida tiene un rol importantísimo, sano, pero siempre delicioso!
El origen de las palabras.
Sorprendentes Amaneceres nos han alegrado los días de nuestras vidas, impactantes, hermosos, luminosos, cada Amanecer es un nuevo comienzo, donde todas las oscuridades de la noche desaparecen, y podemos ver todo con una nueva luz.
Esta esperanzadora palabra, debe su origen a el latín Alba, que es el femenino de Albus, que significa blanco, brillante.
Curiosidades ¿Sabias que?
Las jirafas son mudas, no emiten sonido alguno, tardan 15 meses para gestar, pueden llegar a correr hasta los 60km/h, tienen la lengua azul, duermen menos de 5 horas diarias.
Otra curiosidad, es que sus crías heredan las manchas de sus madres.
Les dejo un pensamiento positivo del día.
Los niños son gente seria, y no conocen lo imposible.
(Franz Kafka)