Golpe de estado en Myanmar contra el flamante Gobierno elegido en 2020

El ejército de Myanmar anunció este lunes que ha tomado el control del gobierno. En un mensaje transmitido en la televisión, los jefes militares declararon el estado de emergencia por un año. El ejército informó que le entrega el poder al comandante en jefe Min Aung Hlaing, publicó el sitio de la BBC de Londres.

El anuncio viene después de que Aung San Suu Kyi, la líder del partido gobernante Liga Nacional para la Democracia (LND), fuera detenida en las primeras horas del lunes, informó el portavoz de la formación política.

En las elecciones del 8 de noviembre la LND ganó suficientes escaños para formar gobierno, pero los militares denuncian que la votación fue fraudulenta.

El corresponsal de la BBC en el sudeste asiático, Jonathan Head, informó que en las primeras horas de la mañana del lunes se vieron soldados en las calles de la capital, Naipyidó, y en la ciudad más grande del país, Rangún.

Head explicó que el golpe parece ser una «clara violación de la Constitución» elaborada por el ejército hace más de una década. El sábado, las fuerzas armadas prometieron acatar la Constitución mientras aumentaba la preocupación de que se estuvieran preparando para dar un golpe.

Condena internacional

«Washington se opone a cualquier intento de alterar el resultado de las recientes elecciones o de impedir la transición democrática en Myanmar».

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, llamó a la liberación de todos los políticos y líderes de la sociedad civil y enfatizó que Estados Unidos «está del lado del pueblo de Myanmar en sus aspiraciones de democracia, libertad, paz y desarrollo. El ejército debe revertir estas acciones de inmediato».

En Australia, la ministra de Relaciones Exteriores, Marise Payne, manifestó: «Llamamos al ejército a respetar la ley, a resolver disputas a través de mecanismos legales y a liberar de inmediato a todos los líderes civiles y otras personas detenidas ilegalmente».

Por su parte, John Sifton, de la organización Human Rights Watch, indicó: «La Junta Militar que gobernó Myanmar durante décadas en realidad nunca se fue del poder para empezar». «En realidad nunca se sometieron a la autoridad civil, por lo que los eventos de hoy, de alguna manera, simplemente revelan una realidad política que ya existía».

«Las puertas se acaban de abrir a un futuro muy diferente», aventuró Thant Myint-U, un autor e historiador radicado en Rangún. «Tengo una preocupante sensación de que nadie será capaz de controlar lo que venga después».

«Y recuerden que Myanmar es un país inundado de armas, con profundas divisiones a través de líneas étnicas y religiosas donde millones de personas apenas pueden alimentarse».

La LDN ganó el 83% de los escaños en las elecciones del 8 de noviembre, lo que muchos vieron como un referendo sobre el gobierno civil de Suu Kyi.

Fue solo la segunda elección democrática desde el fin del régimen militar en 2011. Pero los militares objetaron el resultado y presentaron denuncias en la Corte Suprema contra el presidente y el jefe de la comisión electoral.

Los temores de un golpe de Estado aumentaron después de que los militares amenazaron recientemente con «tomar medidas» por un presunto fraude.

Aung San Suu Kyi es la hija del héroe de la independencia de Myanmar, el general Aung San, quien fue asesinado cuando ella tenía solo 2 años, justo antes de que el país se independizara del dominio colonial británico en 1948.

Suu Kyi fue vista una vez como un faro de los derechos humanos: una activista que renunció a su libertad para desafiar a los generales del ejército que gobernaron Myanmar con mano dura durante décadas.

En 1991, recibió el Premio Nobel de la Paz, mientras aún estaba bajo arresto domiciliario, y fue aclamada como «un ejemplo sobresaliente del poder de los impotentes». Pasó casi 15 años detenida en períodos entre 1989 y 2010.

En noviembre de 2015, llevó a la Liga Nacional para la Democracia a una victoria aplastante en la primera elección con opositores en Myanmar en 25 años.

La Constitución del país le prohíbe convertirse en presidenta porque tiene hijos que son extranjeros, pero Suu Kyi, ahora de 75 años, es vista como una líder de facto.

Desde que se convirtió en consejera de Estado de Myanmar, su liderazgo se ha definido por el trato que recibe la minoría rohingya, en su mayoría musulmana, del país.

En 2017, cientos de miles de rohingya huyeron al vecino Bangladesh debido a la represión del ejército provocada por ataques mortales contra las comisarías de policía en el estado de Rakhine.

Sus viejos aliados internacionales la acusaron de no hacer nada para detener la violación, el asesinato y el posible genocidio al negarse a condenar a los aún poderosos militares o reconocer las denuncias de atrocidades.

Algunos inicialmente argumentaron que era una política pragmática que intentaba gobernar un país multiétnico con una historia compleja.

Su estrategia de defensa en la Corte Internacional de Justicia en 2019 en La Haya (Países Bajos) fue vista como un nuevo punto de inflexión que borró lo poco que quedaba de su reputación internacional.

En su país, sin embargo, «la Dama», como se conoce a Suu Kyi, sigue siendo muy popular entre la mayoría budista que siente poca simpatía por los rohingya.

Historia

Myanmar o Birmania​ es un Estado soberano del Sudeste Asiático, que limita con India y Bangladés al oeste, Tailandia y Laos al este, China al norte y noreste, y con la bahía de Bengala y el mar de Andamán al sur. Tiene unos 54 millones de habitantes. Su capital desde el año 2005 es Naipyidó y su ciudad más poblada y anterior capital, Rangún.

Tras su independencia de Reino Unido en 1948, el país fue gobernado por una dictadura militar desde 1962 hasta 2011,9​10​ periodo en el que solo se celebraron elecciones en dos ocasiones.

En 1990 la Junta militar del SPDC perdió los comicios de manera abrumadora ante la Liga Nacional para la Democracia. Ante tales acontecimientos el gobierno ignoró los resultados. Como parte de un régimen de represión arrestó a líderes opositores. Después de diecisiete años, en 2007 la Junta militar se vio afectada por masivas protestas dirigidas por monjes budistas, que fueron reprimidas.

Para las elecciones de 2010, la Liga Nacional para la Democracia fue ilegalizada y no pudo participar al no expulsar de sus filas a los presos políticos, como lo pedía la junta militar. Desde el golpe de estado de febrero de 2021 el gobierno estaba encabezado por Min Aung Hlaing como líder del estado y por Myint Swe como presidente.

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