Cuando aún ni siquiera había concluido el escrutinio de las urnas que faltaban abrir, la polémica diputada Rossana Chahla declaró que ya se siente intendenta de San Miguel de Tucumán, en una grave contradicción con la transparencia que había exigido apenas dos días antes cuando, a través de Twitter, había exigido la apertura de todas las urnas.
En este nuevo escandaloso desenlace, una práctica que ya es costumbre en cada elección que supervisa la Junta Electoral Provincial, súbitamente decidieron no avanzar en la apertura de todas las urnas como había sido anunciado, y todo terminará cuando se escruten el puñado mesas faltantes.
En este contexto, los representantes de la Juntos por el Cambio decidieron dejar de participar en el escrutinio definitivo para las categorías de gobernador y de jefe municipal de la Capital, y manifestaron su malestar por el rechazo de la Junta Electoral Provincial (JEP) al pedido de Germán Alfaro para que se abran todas las urnas de este distrito. Por ello, en el espacio del intendente saliente anticiparon su decisión de judicializar el proceso electoral.
El referente alfarista Alfredo Toscano -legislador electo por un acople de JxC- confirmó la decisión de su espacio de «dejar de fiscalizar la elección de la lista 831, en la categoría intendente y gobernador, porque ya no tiene sentido”. Toscano aseguró que el lunes habían formalizado un planteo ante el órgano de control de los comicios para proceder «a la apertura de todas las urnas». «Pero la Junta Electoral resolvió que no encontraba entidad suficiente en lo denunciado», indicó el secretario de Obras Públicas del municipio.
El funcionario recordó fue Chahla había exigido lo mismo. «Fue una elección reñida y pareja, en la que todos pudimos ver cadetes saliendo del banco con mochilas con dinero; movimientos extraños en la madrugada y más del 30% de ausentismo de los presidentes de mesa”, indicó Toscano.
Todo esto, agregó, demuestra que hubo «muchas irregularidades en el proceso electoral». «Podían ser subsanadas con los pedidos de las dos candidatas a la Intendencia, pero no entiendo por qué la JEP dijo que esto no era necesario», remarcó el dirigente alfarista.
El cambio de postura de Chahla
«Me siento la intendenta de San Miguel de Tucumán», dijo de manera contundente esta mañana la candidata a jefa municipal de la Capital, cuando aún no había terminado la labor de la Junta. «Hay que decirle al ciudadano que se quede tranquilo porque los votos son los que pusieron en las urnas. La que decide es la gente y lo que estamos viendo son los resultados correctos», remarcó respecto a los cuestionamientos que surgieron por supuestas irregularidades en las elecciones.
Sin embargo había asegurado lo contrario cuando se vio involucrada en un nuevo escándalo en la madrugada del lunes, cuando se detuvo el sistema informático cuando su opositora se acercaba peligrosamente. «Solicito el escrutinio definitivo y la apertura de las urnas para dar tranquilidad y transparencia a los capitalinos», había asegurado. Ahora cambió de parecer suspicazmente.
El Tweet de Chahla.
Los datos parciales
De acuerdo a los datos confirmados ayer por la Junta Electoral de Tucumán (JET), la diputada lleva una luz de ventaja sobre la senadora: 15.308 (45,85%) a 14.371 (40,23%). Si estas cifras, provenientes de urnas que no se habían escrutado el domingo, se suman a las que se habían difundido ese día -128.240 a 126.241, de Chahla sobre Ávila-, la diferencia en favor de la ex ministra de Salud de la provincia crece: 143.548 frente a 140.612; una ventaja de 2.936 votos.
Si la Justicia llegase a frustrar el reclamo de Juntos por el Cambio como en general sucedió cuando el demandado fue la administración justicialista, entonces Tucumán habrá sido una vez más protagonista de un escándalo electoral pero, lo más importante, el diputado y sindicalista Carlos Cisneros pasará a manejar una nueva y millonaria caja como es la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, además de la Caja Popular de Ahorros y otras tantas.