Ante el aumento de casos de contagios por la segunda ola de coronavirus, los dos gremios que reúnen a los educadores solicitan la suspensión de las clases de manera presencial. El objetivo de este accionar es el de preservar la salud de las personas.
Los secretarios generales de la Agrupación del Personal de Enseñanza Media (APEM) y de la Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de Tucumán (Adiunt) presentaron su decisión ante cada autoridad competente.
En el caso del sindicato de la provincia, el pedido se circunscribe a la suspensión de la presencialidad. Asimismo, el gremio nacional comunica directamente la decisión de no dictar clases presenciales.
Por su parte, la titular de APEM, Isabel Ruiz expresó: “Consideramos pertinente que, junto al Ministerio de Salud de la provincia, se estudie la posibilidad de una medida extraordinaria de suspensión de presencialidad por estos días, para prevenir la explosión de casos positivos».
Además, la dirigente reclamó, entre otras cosas, que se agudicen los turnos de vacunación para los docentes de los niveles secundario y superior. También, el pedido al ministro de Educación de la provincia, Juan Pablo Lichtmajer, es que sólo los docentes que tengan más de 20 horas en una institución lleven adelante la presencialidad.
Toscano remitió al rector de la UNT, José García, un escrito en donde argumenta los motivos por los cuales resolvieron no adecuarse a la presencialidad. “Reafirmamos nuestro compromiso con la defensa de la vida y de la salud de toda comunidad educativa», enfatizó. Y agregó: “Con menos de un 2% de la docencia universitaria vacunada, no vamos a aceptar que obliguen a nuestros colegas a ir a escuelas».
Por último, increpó a las autoridades de la UNT y también a Manzur y Lichtmajer: «¿Cuántos muertos más esperan para suspender la presencialidad?