Como Mendoza, Tucumán tampoco vuelve a Fase 1

De la mano de los vaivenes en la política nacional, el gobernador Juan Manzur vivió ayer el peor día de Gobierno desde que empezó la pandemia.

Los denodados esfuerzos del mandatario provincial por difundir tranquilidad sobre la capacidad el sistema sanitario local fueron menospreciados por su antiguo jefe y padrino político, Ginés González García, quien en la mañana de ayer devolvió a Tucumán a la Fase 1 de la cuarentena, pese a que desde el Gobierno local se habían esforzado toda la semana pasada por comunicar que tranquilidad.

El decreto presidencial fue un bidón de nafta para la marcha que se realizó ayer, ya que muchos de los participantes fueron comerciantes y personal de los gimnasios de San Miguel de Tucumán, principales afectados por la medida nacional. El banderazo de ayer en la Plaza Independencia fue claramente el más importante de los realizados en la provincia. Los anteriores fueron marginales, protagonizados por apenas un puñado de ciudadanos.

Esta vez hasta se colaron consignas provinciales, cuando antes todo se había centrado en las críticas al Presidente Alberto Fernández, a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el manejo de la cuarentena. El nombre del vocal de la Corte Suprema, Daniel Leiva, denunciado por tráfico de influencias, se coló en los cánticos de los manifestantes.

Un Tweet improvisado y difuso del gobernador, cerca del mediodía, fue la prueba contundente de la total ignorancia de la administración provincial sobre la disposición nacional. Atado a la suerte (y a los favores financieros) de Alberto y Cristina, Manzur tuvo aceptar el decreto de Nación y comenzar a analizar cómo se implementaría, y a qué sectores afectaría.

El primer Tweet de Manzur.

Hasta las 22.00 horas era una incógnita el texto de las medidas locales. Pero a las 23, todo se dio vuelta. Primero por las redes, y luego en el sitio oficial de la Secretaría de Comunicación del Gobierno se dio a conocer cómo sería el regreso a Fase 1 dispuesto en Nación, pero con un claro “aggiornamiento” a las necesidades y al clima político y social de la provincia.

En un texto por demás difuso se reveló lo que más preocupaba a los comerciantes locales: No habrá marcha atrás en las reaperturas. Los establecimientos gastronómicos seguirán trabajando como lo hacen hasta ahora. El extraño texto se encarga de acatar la disposición nacional, pero también de contradecirla.

En el penúltimo punto, la comunicación oficial afirma (El texto completo aquí, en el sitio oficial del Gobierno):

Resolución 113. No está permitido:

1. Eventos públicos y privados: sociales, culturales, recreativos, deportivos, religiosos y de cualquier otra índole que impliquen la concurrencia de personas.

2. Centros comerciales, cines, teatros, centros culturales, bibliotecas, museos, restaurantes, bares, gimnasios, clubes y cualquier espacio público o privado que implique la concurrencia de personas.

3. Servicio Público de Transporte de pasajeros interurbano, interjurisdiccional e internacional, salvo para los casos previstos en el artículo 22 de este decreto, como las personas que realizan trabajos esenciales.

4. Turismo.

Sin embargo, a continuación, el último punto asegura: “Esta resolución exceptúa a los establecimientos gastronómicos, que podrán abrir de 7 a 23, sólo con mesas afuera y tres personas por mesa. También se los libera de este instrumento legal a los gimnasios, centros de entrenamientos y estudios específicos hasta las 21 en sus modalidades ya preestablecidas en resoluciones anterior”.

La difusa redacción de la resolución del COE.

De esta forma, Manzur se opuso por primera vez a una disposición del Gobierno Nacional que encabeza Alberto. Contra su histórica asimilación automática de las decisiones de Balcarce 50, el gobernador dio un giro de 180 grados y contradijo al Presidente. Por supuesto, durante toda la jornada simuló haber acatado sin cuestionamientos.

En los hechos, Tucumán seguirá la misma política de Mendoza, cuyo gobernador radical Rodolfo Suárez, decidió confrontar. «No vamos a volver a fase 1 en Mendoza, seguiremos como veníamos”, anunció. Fiel a su filosofía política, revelada en la gaffe del micrófono abierto, Manzur dijo públicamente lo que el Gobierno Nacional quería, pero después hizo lo que parecía mejor. Es decir, no volver a Fase 1.

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