Hay mucho en juego en las próximas elecciones provinciales, que se llevarán a cabo este domingo. Pero quién ha apostado más fuerte es el actual diputado nacional Carlos Cisneros, padrino político y financiero de la ex ministra de Salud, la polémica Rossana Chahla.
El legislador espera lograr ese esquivo triunfo del peronismo en la capital provincial para, por fin, consagrarse como el más poderoso de los sindicalistas y dirigentes peronistas tucumanos. Busca emular la figura del eterno Luis Barrionuevo en la vecina Catamarca.
En los últimos meses los más influyentes medios de la provincia, canales de televisión, diarios centenarios, y portales más jóvenes pero no menos leídos, han recibido gruesos cheques o dinero en efectivo de publicidad estatal, a través de la Secretaría de Información Públlica, la Caja Popular (que maneja Cisneros desde las sombras), la Legislatura y distintos ministerios.
Ahora, ya cerca de los comicios, el dinero llegó directamente a los bolsillos de los empleados estatales (provinciales y municipales), para evitar que el tiempo este grato recuerdo cuando cientos de miles de tucumanos deban elegir la boleta de los candidatos. Para ello se desarrolló, según el ex funcionario menemista Juan Bautista Yofre, un importante operativo que permitió distribuir el dinero en las distintas sucursales de los bancos de Tucumán.
Estas imágenes parecen ser cíclicas en la rancia institucionalidad provincial, cada vez que los comprovincianos van a las urnas. En 2021 la distribución de los subsidios se habían realizado en el Hipódromo de Tucumán, que depende la Caja Popular de Ahorros que maneja desde las sombras el sindicalista bancario.
En septiembre de ese año, el Gobierno de Tucumán distribuyó una «ayuda» de 5 mil pesos para miles de personas que hicieron varias cuadras de cola alrededor del predio equino y en las avenidas de Parque 9 de Julio, como también en la Esquina Norte, donde se encuentra una sucursal de la Caja.
Nueva etapa
Pero no siempre Cisneros defendió los extraños movimientos de dinero en efectivo en la provincia. En 2015, cuando aún permanecía enfrentado al Gobierno Provincial que por entonces encabezaba José Alperovich, el bancario formó parte del grupo que denunció el traslado de casi 50 millones de pesos desde la sucursal central del Banco Macro en calle San Martín, hasta la legislatura que por entonces presidía el candidato a gobernador Juan Manzur.
Pero, ya como gobernador, el médico se encargó de curar las heridas del bancario y esto se transformó en una de las más sólidas y convenientes alianzas en el peronismo tucumano, que dura hasta el día de hoy. Tan es así, que fue Cisneros quien impulsó y financió la campaña en Buenos Aires para que Manzur sea candidato a Presidente de la Nación, con aquella famosa frase Juan XXIII.
Pero, de repente, por culpa de la Corte Suprema de la Nación que impidió una nueva postulación de Manzur, el bancario se transformó, detrás del candidato Osvaldo Jaldo, en un gran protagonista de la campaña ya que públicamente impulsó la candidatura de Chahla, y puso todo lo que tuvo a su alcance para lograr un triunfo el domingo.
Tan grande se volvió la importancia de Cisneros en la campaña, que fue él, el único dirigente que salió al cruce de la publicación sobre nuevos subsidios para «torcer» voluntades en la elección del domingo. “Las filas en los bancos no tienen nada que ver con la elección, todos los días de pago son así. No dan abasto los cajeros automáticos”, dijo al diario La Nación referente del gremio bancario.
Lejos de exigir como sindicalista un mejor servicio para los empleados públicos que mes a mes cobran sus salarios en el deficiente servicio del Banco Macro, una entidad con la que tiene importantes lazos, se limitó a desmentir una irregularidad de la que él, formalmente, no es responsable. Súbitamente, además de la campaña de Chahla, el sindicalista priorizó atacar a la empresa Edet en lugar de reclamar por una cuestión que debería ser prioritaria para su lugar: el pésimo servicio bancario que ofrece la entidad que administra los fondos del Estado provincial.