Daniel Leiva en un nuevo escándalo: los jueces aumentaron sus salarios el doble que los empleados

Los exorbitantes salarios de la Justicia de Tucumán ya no lo son tanto con la creciente inflación y los ajustes dispuestos en el Gobierno Nacional. Los cerca de 600 mil pesos mensuales que cobran los jueces ya no parecen ser suficientes para sostener sus «tranquilos» estilos de vida y por eso la Corte provincial tomó una «solidaria» decisión.

A contramano de la frase del Presidente Alberto Fernández, en nuestra provincia no están «primero los últimos». Todo lo contrario, los primeros (jueces) hicieron valer su poder en la distribución de los fondos judiciales y decidieron aumentarse porcentualmente el doble que sus empleados, quienes ganan en la mayoría de los casos, la mitad que los magistrados.

Según denunciaron por lo menos dos gremios que representan a los estamentos más bajos del Poder Judicial, en la liquidación de los salarios de agosto (que se pagaron en septiembre), las subas a los jueces fue de entre el 19 y 21 por ciento, mientras a los demás empleados se les aumentó sólo el diez por ciento.

La suba fue comunicada en una acordada de la Corte Suprema provincial, que preside el siempre polémico Daniel Leiva, quien fue noticia nacional durante el escándalo por supuestas presiones al magistrado Enrique Pedicone, quien lo grabó mientras mientras se producía el supuesto ilícito por orden (según el audio) del ahora gobernador Osvaldo Jaldo.

Las imprecisiones de esta nota sobre los montos de los salarios judiciales se deben, simplemente, a que los reales montos han sido un enigma absoluto desde hace mucho tiempo atrás, cuando el entonces gobernador José Alperovich decidió extravagantes subas para la institución tras la Reforma de la Constitución que le permitió acceder a un tercer mandato.

Los temores del ahora procesado por abuso sexual eran fundados: sólo la Justicia podía frenar la re-reelección. Su estrategia dio resultado y finalmente consiguió el tercer mandato. Pero, después de él, sus sucesores Juan Manzur como Osvaldo Jaldo evitan confrontaciones con el único poder del Estado que podría ponerles freno. Y también lo hacen con éxito.

En definitiva, en el peor de los casos, cualquier juez de Tucumán o «funcionario de ley» cobró en septiembre unos 96 o 100 mil pesos más que en agosto gracias al aumento cercano al 20 por ciento. Eso se debe a que los aumentos se realizan sobre el básico y no sobre el bruto, que alcanza el 80 por ciento del salario real: es decir, quien cobra 600 mil pesos, tiene un básico de 480 mil pesos.

Por otra parte, los empleados y algunos funcionarios que cobran entre 140 y 300 mil pesos, sólo recibieron un aumento (en el mejor de los casos) de 24 mil pesos gracias a la «generosa» suba del diez por ciento otorgado por la Corte Suprema de Justicia de Tucumán. Para un salario de 300 mil pesos, el básico es de 240 mil pesos, y la suba fue sólo el 10 por ciento.

Eufemismos para esconder la vergüenza

En este link se puede leer la acordada de la Corte Suprema donde, mediante eufemismos y ocultamiento de información, anuncia el anunciado aumento. El párrafo que se refiere a la suba de haberes son los siguientes:

«III – Se fijan las nuevas asignaciones que en concepto de sueldo básico le corresponden a las distintas categorías de cargos del personal de su jurisdicción – Magistrados – Funcionarios – Funcionarios de Ley y Empleados, los que quedan establecidos en las sumas indicadas en estos actuados.

I – ESTABLECER que los sueldos básicos del Personal de la Jurisdicción Justicia sean los establecidos en estos actuados, a partir del 1 de agosto de 2022, en los términos considerados».

Los «actuados» citados en la acordada son, un realidad, una planilla en la que se discrimina qué porcentaje se aumentará a los salarios básicos de cada uno de los empleados. Por supuesto, a ese documento no se puede acceder si no se es Juez, Funcionario o Empleado. Esta vez, la fiesta no fue para toda la Justicia. Esta vez, fue para la fiesta es para los jueces.

Pobres contra no tan pobres

En un Tucumán donde la pobreza llega al 40 por ciento de la población, donde un salario de 100 mil pesos en blanco es un lujo, esta discusión aparece como bizarra y hasta puede verse como un acto de justicia para empleados judiciales silenciados por sus ingresos y su «pertenencia» a esta supuesta casta que es la Institución.

Pero ahora que hay menos para repartir, los de más arriba decidieron quedarse con todo. Apenas un nuevo y repetido capítulo del poema de Martin Niemöller: «Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar». ¿Quién apoyará a los empleados judiciales que mantuvieron silencio cuando la provincia era saqueada para crear una casta de privilegiados?.

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