Puna Bio inauguró un importante centro de biotecnología en el Campus de la Universidad de San Pablo T, y para esto hubo un gran evento.
Asistieron al acto la directora, Catalina Lonac y la coordinadora del área Promoción de las Exportaciones, Lucía Gundlach y también las autoridades del IDEP, quienes explicaron: «La tarea que realizan en Puna Bio es muy innovadora. Aplicar los extremófilos a la agricultura significa un cambio de paradigma y nos parece sumamente importante apoyar estos conocimientos y seguir trabajando para impulsar acciones público-privadas que potencien este tipo de proyectos, cargados de potencial a nivel crecimiento, exportaciones y sustentabilidad».
Por su parte, Lonac resaltó que esta es la tercera startup que se instala en el campus universitario. «Estamos muy felices de haberles abierto nuestras puertas a este grupo de científicos. Estamos trabajando para que se instalen nuevas startups y que siga creciendo nuestro parque tecnológico, apostamos por el crecimiento de nuestra región de la mano de la academia y la investigación científica aplicada», añadió.
Durante el evento, los fundadores de la empresa compartieron con los presentes detalles de cómo lograron convertir un proyecto de base científico-tecnológico en una empresa de triple impacto.
Puna Bio es una startup fundada en 2020 dedicada al desarrollo de soluciones para la agricultura, a base de microorganismos extremófilos obtenidos de La Puna y que potencian los cultivos.
Carolina Belfiore, directora de Operaciones de Laboratorio, comentó a los presentes: «mi participación en esta historia comienza hace más de 10 años. Maria Eugenia Farías (directora Ciencias de la Frontera) me dio la oportunidad de conocer a los extremófilos; estos increíbles microorganismos que tienen la capacidad de crecer en lugares donde las condiciones de vida casi no lo permiten. Me sumé a muchos de sus proyectos, pero un día tuve que iniciar mi propia línea de investigación y ahí fue cuando, preocupada por la falta de alimentos que teníamos en el mundo y viendo que los suelos cada vez eran menos aptos para los cultivos, pensé ¿por qué no usar estos microorganismos para ayudar a crecer a las plantas y aumentar su rendimiento? Fue ahí donde empecé a dar los primeros pasos que me traen hoy a Puna».
El equipo directivo coincide en que, como científicos, comparten la pasión por la ciencia y el deseo de que el esfuerzo y la dedicación no queden en un laboratorio, sino que puedan salir y causar un impacto positivo en la sociedad. Y esto está cada vez más cerca de concretarse gracias a estas nuevas instalaciones.
El nuevo centro cuenta con tres pisos y es único por su tecnología en Latinoamérica. Llevó un año y medio de trabajo junto a una inversión que superó los $150 millones.
«Hoy contamos con esta infraestructura y los medios para hacer volar nuestra ciencia, para poder ser competitivos y estar a la vanguardia. Me siento feliz, ya que pude cumplir mi sueño de poder ver salir de la mesada de trabajo nuestro producto que ya hoy está en el mercado», concluyó Belfiore.