El ensordecedor silencio de los medios tucumanos, encubridores de Rossana Chahla, cerca del rotundo fracaso

La noticia ya es un escándalo nacional sin importar la línea política de los medios metropolitanos o de las otras provincias: desde el medios del poderos Clarín hasta el ultra oficialista Página/12 se hizieron eco. También el poderoso Perfil publicó la historia. Pero en Tucumán, donde los diarios, portales y canales de televisión están subordinados a la caja estatal, nada se ha informado sobre los despiadados intentos realizados por la diputada Rossana Chahla para evitar que Angel Eduardo Páez conozca quién fue su padre.

Por primera vez desde el regreso de la democracia, la provincia se ha visto tan inmoral y deshumanizada complicidad entre el Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y los grandes medios como en este caso. La víctima de esta burda asociación ha debido peregrinar más de 20 años por los pasillos de tribunales para conseguir lo que cualquier ciudadano tiene cómo derecho inalienable: saber su origen, conocer quién es su padre.

Sin embargo, la valiente intervención de un juez comprometido con la verdad como es Carlos Torino, por fin se pondría fin a este calvario de Páez, quien se enfrentó al gigante poder de la ex ministra de Salud de Tucumán y actual diputada nacional y su hermana, María Emilia Chahla.

La historia

La ex funcionaria y su hermana se negaron de manera sistemática desde hace años a que se le tomen muestras de ADN para determinar si Páez es o no hermano de ellas. Sin embargo, a partir de un examen de ADN que Páez se hizo con un primo y el cual dio positivo, la Justicia tucumana dispuso que se exhume el cuerpo del comerciante.

Ese análisis se iba a llevar a cabo este jueves, pero fue postergado hasta el martes 13 de septiembre por un pedido del Laboratorio de Genética. El pasado 23 de agosto, el demandante fue convocado a la sede del Laboratorio de Genética Forense del Cuerpo Médico Forense y Morgue Judicial de Tucumán, a los fines de la toma de muestras que exige la prueba de ADN, como paso previo a la exhumación del cadáver de Chahla, quien murió el 23 de octubre de 2010.

El reclamo de filiación lo inició Páez en 1999, luego de una larga historia cargada de padecimientos, que incluyó burlas de sus compañeros de colegio en el pequeño pueblo tucumano de Leales, por usar el apellido materno, e incluso, que su madre se negara durante años a decirle quién era su padre, y por qué lo había abandonado.

Hasta que un día, su madre, María Trinidad, con serios problemas de salud, decidió confesarle que «don Elías Chahla», un próspero hombre de negocios, era su padre. Desde entonces, Páez inició el reclamo de filiación, y consecuentemente, como heredero de una fortuna que se calcula en 40 millones de dólares.

La causa se inició originalmente hace más de 20 años, pero tuvo muchos contratiempos y en un par de oportunidades fue archivada gracias a la influencia de la ex funcionaria.

En 2014, Páez consiguió que dos sobrinos de Elías Chahla, Roberto y Fernando, primos-hermanos de Rossana, se hicieran estudios de ADN en Buenos Aires para comparar su genética con la propia. Las conclusiones del informe señalaron que «pertenecen a la misma línea paterna».

A un paso de la verdad

Si no hay cambios, este martes peritos del Laboratorio de Genética Forense del Cuerpo Médico Forense y Morgue Judicial le extraerán ADN al cuerpo, que será cotejado con la muestra que fue tomada a Páez en agosto. De confirmarse, Páez podrá saber por fin quién fue su padre real, reclamar lo que le corresponde por herencia (si es que algo queda), y poner fin a uno de los capítulos más oscuros de las instituciones provinciales desde el regreso de la democracia en 1983.

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