El ermitaño de San Pedro de Colalao

En el norte de la provincia de Tucumán hay un lugar increíble que se llama Puente del Indio. A unos 10 km de San Pedro de Colalao. Se puede acceder en coche hasta a un determinado sitio, luego poco más adelante en moto, atravesando un bosque con una vegetación frondosa.

Es recomendable ir con un baqueano que conozca la zona porque es fácil perderse. Una caminata de una intensidad moderada, por una senda bien marcada y de pendiente en ascenso pero que vale la pena realizar. Fuí con mi cámara al hombro para poder realizar una entrevista para Telefe Noticias Tucumán, en busca de un ícono de la zona, conocida como «el ermitaño de San Pedro»

Pedro Lucas nació en San Pedro de Colalao hace casi 90 años. Quedó huérfano a los 3 meses y sus abuelos se hicieron cargo de él. Con 20 años salió a recorrer las provincias del noroeste argentino en busca de aventuras hasta que regresó a su San Pedro natal al cabo de unos 2 años.

Empezó a recorrer la zona y como él dice, descubrió el bosque donde se encuentra su «cueva», su hogar.

Literalmente se trata de una cueva, de unos 10 metros de largo por poco menos de 4 de profundidad. En medio de una montaña rocosa se encuentra esta cueva, que comenta Pedro Lucas cuando él llegó estaba llena de vegetación y el con escasos veintitantos años fue dándole forma hasta lo que se convirtió en su lugar.

A unas casi 3 horas caminando de San Pedro de Colalao está este sitio maravilloso, rodeado de naturaleza. Sumamente tranquilo, donde Pedro Lucas come de lo que caza y de lo que la gente le lleva de regalo cuando lo visitan. Él una vez al mes baja al pueblo a buscar lo justo y necesario.

Ama su bosque, su lugar, su cueva. Dice ser amigo de los animales que habitan la zona, cuenta que hay pumas, aves y algo más…

Si, ese algo más se trataría de un ser con forma humana, que aparece por las noches en lo alto de la montaña. Tanto él como otras personas lo vieron. Pero jamás hicieron contacto.

Uno de los tantos misterios de este lugar. Un lugar que Pedro Lucas eligió para vivir hace más de 60 años y donde quiere morir. Por nada del mundo quiere ir a vivir a otro sitio. Según él «se vive 50 mil veces más tranquilo»

No conoce las noticias del mundo, ni las locales y dice vivir mejor. Alejado de todo, este anciano de casi 90 años, tiene una destreza única para moverse, sube y baja la montaña con una agilidad increíble. Con una lucidez envidiable, recuerda sus años y tiene para contar miles de anécdotas.

Pedro Lucas, el ermitaño de San Pedro de Colalao, quien tras este mote que genera cierta intriga, es una persona sociable y educada, que da la bienvenida a los que vamos a conocerlo, y refleja en esa mirada de niño inocente y picara, un ser humano excepcional.

Fuente: Telefe Tucumán

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