El Ministerio de Seguridad enfrenta una serie de problemas que la sociedad le reclama. En los últimos días quedó en evidencia la crisis carcelaria que se vive en la provincia. La semana pasada se fugaron 11 detenidos de tres comisarías: cuatro de El Manantial, seis de la seccional Tercera, y uno del Destacamento Falivene.
Esta semana los problemas continuaron e incluso empeoraron. El sábado se escapó un hombre que estaba detenido en la Seccional Sexta y este domingo, durante la noche, se escaparon cinco presos de la Comisaría de Famaillá. Con estos casos ya se registraron cinco fugas (en cinco comisarías distintas) en los últimos siete días.
Los problemas con los que se encuentran los policías respecto a la crisis carcelaria no sólo se observan cuando se registran estas fugas, sino también cuando los presos se quedan en los calabozos. En la madrugada de ayer, cerca de la 1.30, se produjo una revuelta en la Comisaría Octava. Ahí los presos no pedían ser liberados, exigían que se los traslade a una cárcel.
Los efectivos, sin embargo, ni siquiera estaban en condiciones de cumplir esa solicitud porque el penal de Villa Urquiza ya está colapsado y muchos de los condenados son detenidos en las distintas seccionales hasta que puedan ser llevados a una prisión como corresponde.
La sobrepoblación del penal de Villa Urquiza coincide con la sobrepoblación que se vive en las comisarías también. La 8º, por ejemplo, cuenta con 54 detenidos pero sólo tiene espacio para albergar a 20 personas. En Villa Urquiza ocurre algo similar: hay espacio para 900 reos, pero se albergan alrededor de 1.500 presos.
Sin descontar el asesinato de los policías Ramón Sánchez y Víctor Lazarte que se produjeron dos semanas atrás y trajeron consigo una serie de manifestaciones frente a la Casa de Gobierno. O los reclamos de los trabajadores de cadetería por los constantes robos de moto que sufren semana tras semana.
Nuevos jefes
Estas complicaciones tuvieron como consecuencia que el Ministerio de Seguridad realice cambios en los jefes de la Unidad Regional Capital (URC) -la más importante de la provincia- de la Policía de Tucumán.
Quien estará al frente de la URC será Eduardo Luna, que se desempeñaba como segundo jefe de la Unidad Regional Norte (URN) y el segundo al mando será Carlos Daniel Ruiz, que estaba cumpliendo funciones como jefe de zona de la Este.
Estas modificaciones de las autoridades policiales no se realizaron sin conflicto, señal de la gravedad de la crisis carcelaria actual. Los designados, en principio, no iban a ser Luna y Ruiz. Para esos puestos el jefe de la Policía de Tucumán, Julián Fernández, había elegido como jefe a Mauro Fernández y, como su segundo, a Alberto Gutiérrez. Pero a último momentos debió hacer cambios.
Fernández rechazó ocupar el cargo y fue puesto en disponibilidad. El periodista de La Gaceta, Gustavo Rodríguez, explicó lo que significa para la institución policial no aceptar la plaza para la que se asigna a una persona. «En la estructura policial, no se ofrecen los cargos, sino que se ordena cubrirlos. Si un oficial no lo acepta, es un caso grave de insubordinación», escribió.
La Unidad Regional Sur (URS) también presentará cambios en las autoridades: el nuevo titular será Julio Gutiérrez (era el segundo de esa unidad) y Pablo Di Rissio (estaba en el D3) ocupará el siguiente lugar. Las otras variantes se darán en Prevención Ciudadana, que estará a cargo de Jorge Mastafa y Juan Ibáñez; y en Distrito Tucumano, en donde estarán Cristian Peralta y Valeria Giménez.