Dos títulos publicados en el principal diario de la provincia, La Gaceta, escandalizan a la sociedad:
“Las escuelas del interior sufren por la falta de internet, los malos caminos y el transporte”
“El 90% de los adolescentes de El Sifón no tiene acceso a la escuela, a internet o al DNI”
La conectividad, que fue una de las patas truncas del anterior gobierno nacional, fue adoptada como un caballito de batalla por la actual administración nacional teniendo en cuenta el contexto pandémico, que obligó el cierre total en una primera instancia y la transformación total del modelo educativo en un mix entre la tradicional presencialidad y el dictado de clases virtuales. Esta última tarea está sujeta a una repartición en particular, el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), que en Tucumán tiene como responsable a Ramiro Rearte, militante y periodista que saltó a la fama durante su paso por Radio Nacional, en pleno mandato kirchnerista.
Hace casi exactamente un año, Rearte se comprometía ante el gobernador Juan Manzur y su ministra de Gobierno y Justicia, Carolina Vargas Aignasse, a llevar la conectividad de una vez por todas al interior de la provincia y alrededores de la Capital. Algo que, al menos a simple vista, no se ha comprobado y, al contrario, solo acumula reclamos.
Mientras numerosas escuelas sufren por la falta de internet, el delegado tucumano del ENACOM, en paralelo a la tarea para la que fue nombrado en Tucumán –la que debería consumir la mayor parte de su tiempo laboral-, conduce no uno sino tres programas de televisión: Con Mucho Picante, De Buena Fuente y Tucumán A Las Brasas. Lo curioso del caso es que, antes de su regreso triunfal a la provincia, luego de pasar un tiempo viviendo en Buenos Aires, dos de los ciclos que ya eran emitidos por la señal de Canal 10 eran conducidos por otros periodistas que, sin demasiada explicación, dejaron su lugar a Rearte.
No conforme con su despilfarro de ego en los pasillos y sets de TV abierta provincial, Rearte es un asiduo usuario de Twitter para iPhone y cada tanto siente una necesidad enorme por revelar sus numerosos tatuajes y de mostrarse con artistas nacionales que visitan el territorio. Eso sin mencionar los incontables tweets en los que exhibe, orgulloso, los lujos que se da en medio de un contexto complicado para muchos tucumanos.
¿Gestión o farándula? He ahí la cuestión para Rearte, de quien muchos estudiantes tucumanos esperan respuesta a la incógnita.
Rearte y su salto en Radio Nacional
Según cuenta el propio gremio de prensa tucumano, la Asociación de Prensa Tucumán (APT), Ramiro Rearte se autodenominó “director” de Radio Nacional en 2011, luego del turbio despido de Walter Alú, en ese momento titular de la emisora. Siempre citando la nota publicada en el sitio web Primera Fuente, propiedad de la APT, el delegado de ENACOM en la provincia “vulneró los fueros sindicales de Walter Alú y para hacer más grave la cuestión, lo hizo en medio de una negociación salarial”.
“Rarte, quien se alejó de la APT en los primeros meses de 2011, instauró desde ese momento una persecución en contra de los trabajadores sindicalizados, a quienes amenaza de manera reiterada con despidos o la no renovación de contratos para aquellos que se atreven a realizar cuestionamientos sobre las condiciones laborales en la emisora. La situación se repite todos los días en la emisora, aunque los trabajadores prefieren mantener el anonimato a la hora de realizar las denuncias ya que temen la venganza del supuesto director”, amplía el artículo periodístico. En la nota se describen otros dos hechos contractuales extraños, a cargo del entonces autodenominado director: el de un periodista contratado que nunca pudo cobrar sus haberes y el de una periodista que fue despedida estando embarazada.
