En la noche de ayer, las protestas antirracistas surgidas en Wisconsin terminaron de la peor manera. Dos personas murieron por disparos. Las manifestaciones surgieron luego de que el afroestadounidense Jacob Blake fuera baleado por un policía blanco con siete tiros por la espalda, el domingo.
Ya van tres noches consecutivas con incedentes y demás actos de violencias en Wisconsin. El abuso policial es un tema frecuente últimamente, especialmente en Estados Unidos. Además, hubo manifestaciones en otras ciudades, como New York y Minneapolis, y se las incluye dentro del movimiento Black Lives Matter (las vidas de los negros importan).
El departamento de policía de Kenosha dijo vía twitter: «El tiroteo se saldó con dos muertos y una tercera víctima alcanzada por las balas, que fue llevada al hospital con heridas serias pero que no representan una amenaza a su vida. Los investigadores están al tanto de los videos que están circulando en redes sociales vinculados a este incidente».
La versión de la policía era que los oficiales habían respondido a un tiroteo, en defensa de múltiples víctimas, pero luego se difundieron videos donde puede verse a muchas personas corriendo por la calle mientras se escuchan los disparos de la policía. Además, se veían a hombres en el suelo.
El tiroteo transcurrió alrededor de las 17 horas del día domingo. Los agentes habían ido hasta el lugar tras haber sido llamados por un incidente doméstico, y lejos de apaciguar la situación, todo empeoró: un policía le disparó por la espalda a Blake de 29 años, cuando abría la puerta de un vehículo SUV, donde estaban sus tres hijos menores de edad, en la localidad de Kenosha (Wisconsin), en una escena que fue captada por las cámaras de los teléfonos móviles de testigos.