Reseña Literaria: «Anagramas»

Autora: Lorrie Moore (1957- Nueva York)

Publicaciòn original: 1986

Editorial: Eterna Cadencia

Cantidad de páginas: 272

Lorrie Moore se convirtió en una escritora indispensable para mì. Lo primero que pensé al terminar de leer «Anagaramas» fue que en mi biblioteca no podían faltar sus libros. «Anagramas» es su primera novela, publicada en 1986 y reeditada actualmente por Eterna Cadencia.

Lleva un tìtulo muy curioso, un anagrama es una palabra que se forma a partir del reordenamiento de sus letras. Y para este libro usaría exactamente la misma definición. La autora nos presenta dos personajes, Benna y Gerard: una pareja que vive en el mismo edificio, sus departamentos se encuentran pegados y lo mas romántico de su relación en decadencia es el momento en que ambos se escuchan orinar desde sus casas, ya que solo una pared separa sus inodoros. De un párrafo a otro, la historia cambia completamente, Benna es una profesora un poco amargada que enseña poesía, tiene una hija imaginaria y un mejor amigo, Gerard, quien le cuestiona que siempre termina en la cama con sus alumnos.

A pesar de que la vida y la relación de los personajes va mutando, hay una columna vertebral que sirve de eje al libro, como por ejemplo el hecho de que Benna haya sido criada en un trailer, esa es su excusa cuando necesita escudarse de cualquier planteo, y por otro lado, Gerard, en todas sus vidas, es un músico amateur soñando día y noche con ser cantante de ópera.

Esta novela tan particular està escrita desde la tristeza y el humor. Lorrie Moore tiene como sello el sarcasmo, comienza relatando un suceso desgarrador pero lo termina con una ironía muy poco vista en la literatura. Lo cual desconcierta al lector, llevándolo por una montaña rusa de emociones.

Quien quiera leer este libro tiene que estar atento en todo momento, la autora tiene mucha facilidad en su escritura para meternos en un laberinto, bien pensado, y no querer salir nunca. Es una historia que habla de la soledad, de las parejas, la fidelidad, los hijos, del trabajo y el lenguaje. Pero, como su titulo lo dice, para cada persona será algo distinto.

Sin dudas, mi novela favorita en este momento de mi vida. No se la pierdan, no importa cuàl sea su circunstancia, Benna y Gerard tienen una infinidad de palabras importantes para los lectores.

«Me di cuenta de que el amor era algo que la columna vertebral recordaba»

«Sin niños somos como bestias o polvo. Somos como algo perdido en el mar»

“Los días eran todos falsos, de un color gris cálido. Días de monóxido. Alfombra de baño sucia«

PROSA TUCUMANA

Este texto fue escrito por Sol Estofan, quien tiene una delicadeza propia en las palabras, la manera de usarlas y combinarlas. Nos habla de un recuerdo que quema, de días que no pasan, de un reloj que dejo de funcionar desde el dos de Marzo. Me hizo pensar que todos los meses son «meses de despedidas», a veces abismales, en donde lo único que queda es un espacio vació y a la vez lleno de un nombre que ya no nos pertenece.

«No me reconozco sin su presencia, tampoco sé si quiero hacerlo» (Sol Estofan)

Los días pasaron, la angustia se volvió costumbre, los lugares volvieron a ser lugares y las cosas buenas ya no se sienten igual. El silencio vuelve a estar presente, el orden desordenado y los colores opacos adornan todo lo que veo. Las fotos en el mismo orden, las cartas en el mismo lugar con una capa de polvo que reflejan el tiempo. Los días que parecían semanas, las semanas que parecían meses y los meses que para mi nunca pasaron se van notando de a poco. El sentimiento de abandono, de desconexión y perdida general se hace presente cada tanto con la misma fuerza que ese dos de marzo a las tres de la tarde cuando me dejo por mensaje. Sigo buscando encontrarme en algo que no la incluya, en algún lugar que no quiera compartirle, en noticias que no quiera contarle y en palabras que no sean para ella. No me reconozco sin su presencia, tampoco sé si quiero hacerlo.
Me gusta imaginar que cuando nos vemos y sentimos que no nos paso el tiempo, como si nos hubiésemos visto hace una semana, ella también se encuentra, como hago yo, en los besos. Que duerme tranquila sin pensar que lo que hacemos «esta mal», que mi mano la reconoce tanto como la suya lo hace conmigo y que seguimos llamándonos aunque no sea con palabras.

Sol Estofan

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