Estaba anunciada una fuerte tormenta para la noche del viernes, pero no llegó. Después se anunció para la noche del sábado, y sí llegó. Como al clima tucumano le gusta desobedecer pronósticos o, más que nada, sorprender, la principal noche del fin de semana fue un caos.
Poco antes de las 22 horas comenzó la lluvia, que ya había amenazado en la tarde, pero después fue implacable. Desde el sudoeste provincial llegó el diluvio y en menos de una hora San Miguel de Tucumán y Yerba Buena fueron sólo caos: calles anegadas, autos sin poder circular, y gente paralizada en bares o sus propios hogares.