Lala Pasquinelli, ¿es la fundadora del proyecto educativo «Mujeres que no fueron tapa» (Mqnft). De acuerdo con su criterio, existió un «blindaje de clase» en el caso del femicidio de Silvia Saravia.
Silvia fue asesinada por su marido, el empresario Jorge Neuss, en un country de Pilar. Según Lala es necesario elaborar «protocolos de comunicación que no invisibilicen la violencia contra las mujeres pero que tampoco la propaguen».
«Es terrible cómo se invisibiliza a esta mujer, se la borra, no se habla de ella, no es nadie, es un
«La idea de que existe una protección entre los pares, no sólo en la cofradía de los varones, sino que también hay un discurso de clase en cómo esto fue mostrado».
“S se advirtió una protección a la figura de pater familias, a la familia bien, y surgió un abroquelamiento y un blindaje de clase muy fuerte».
«No se la revictimiza como en los casos de femicidios de mujeres que no pertenecen a esta clase social alta, en los que se exponen sus vidas privadas, cómo están vestidas, con fotos de las redes sociales mostrándolas sexualizadas, mientras del femicida no se sabe nada, casi ni se conoce su cara», agregó Pasquinelli.
«Ella aparece como una sombrita, la señora detrás de este gran señor respetado y respetable, que ni siquiera aparece como un femicida», resaltó.
«Hubo un tiempo en el que estaban relatados como crímenes pasionales, luego necesitamos que pasaran a primera plana, y ahora estamos en un momento donde la violencia sobre las mujeres está espectacularizada», consideró.
«Eso es parte del problema, el morbo, la victimización, esas no son las formas que necesitamos para que se cuente la violencia», subrayó.
«Así como con el suicidio hay un consenso y documentos y recomendaciones internacionales sobre cómo tratarlos, también se necesita lo mismo respecto a los femicidios, si es que los medios tienen un interés real en hacerse responsables sobre cuál es su rol en la construcción de las lógicas de las violencias», ya que son «un vehículo para la circulación de esa pedagogía».
«Necesitamos construir estos protocolos que no invisibilicen la violencia contra las mujeres pero que tampoco la propaguen y la conviertan en una pedagogía, me parece que es algo en lo que hay que trabajar», cerró la especialista.