El crimen de Abigail sacudió a todo Tucumán. El desenlace fue fatal. Los familiares y amigos de la víctima no encuentran consuelo y el presunto asesino ya fue matado a golpes. Nunca se llegó a juicio ni a ningún tipo de proceso penal.
Según lo visto en los últimos días, el pueblo encontró a Abigail, el pueblo acusó a una persona y el pueblo la mató. La policía y el estado brillaron por su ausencia.
Se supo que José Antonio Guaymás, alias “El culón” tenía 25 años y alrededor de 19 causas judiciales acumuladas en los últimos 10 años. Una vida de robos, hurtos, asaltos y robos de moto, pero inexplicablemente alejada de los tribunales.
Había tres expedientes en su contra que ya se encontraban listos para que se le iniciara un juicio. Curiosamente, todos pasaron al régimen conclusional. La justicia asegura que José Antonio nunca estuvo vinculado con ningún caso de abuso sexual, ni de violación.
Guaymás estaba lleno de cicatrices y tenía una vida marcada por su adicción a las drogas. Fue justamente a través de sus muchos cortes en los brazos y piernas, señales de abstinencia, y de sus tatuajes, que las personas lo identificaron y lograron atrapar para darle el peor final.
“Vivía drogado”, así resumen a la cotidianeidad del joven. El 10 de octubre había abandonado los calabozos y no tardó ni siquiera 10 días en volver a delinquir.