Por Edy Cifre, corresponsal en Europa de El Federalista
Últimamente las huelgas en el mercado de las aerolíneas se viene convirtiendo en algo sistemático. Y ahora cuando terminan las vacaciones de verano en Europa, cientos de miles de viajeros deben emprender el regreso en medio de la «operación retorno». Tres aerolíneas low cost y por las que viajan la mayoría de los pasajeros, iniciaron una huelga ayer lunes 29 de agosto.
Los tripulantes de cabina de Iberia Express, la rama de bajo coste de la aerolínea nacional española, han iniciado una huelga para reclamar un aumento de salario en medio de la creciente inflación. Una inflación que alcanzó el 10,8% en julio, su nivel más alto desde septiembre de 1984.
Iberia Express ha tenido que cancelar 8 vuelos en esta primera jornada por miedo a que no puedan ser operados. 1 500 pasajeros se han visto afectados.
El paro convocado por el Sindicato Obrero durará 10 días, y se esperan 92 vuelos cancelados, que dejarán a más de 17000 pasajeros sin viaje.
Esta perturbación coincide con la huelga de pilotos de la aerolínea Easyjet, que ha obligado a cancelar un vuelo internacional con destino a Berlín.
Desde el 12 de agosto, los trabajadores de la compañía británica realizan paros semanales para exigir la vuelta a sus condiciones de trabajo, anteriores a la pandemia y la negociación de un nuevo convenio colectivo, según el sindicato de pilotos de líneas aéreas españolas (Sepal).
Mejores condiciones de trabajo son las que también reclaman los tripulantes de cabina de Ryanair en España, que prevén continuar su huelga hasta el 7 de enero de 2023.
Estos reclamos vienen ya desde hace meses y convierten a los aeropuertos en verdaderos caos, en especial el aeropuerto de Barajas en Madrid, El Prat en Barcelona y el de Palma de Mallorca.