Las amenazas de bomba en la provincia comenzaron hace casi dos semanas, cuando se activó el protocolo por las amenazas que recibieron los colegios Santa Rosa y Santa Catalina, de San Miguel de Tucumán.
Como si se tratara de un efecto contagioso, esto se trasladó un día más tarde a la Secretaría de Trabajo de Tucumán y días después en varios colegios de la capital: el Instituto John Kennedy, el Colegio Nuestra Señora del Huerto, el Instituto Carlos Pellegrini, el Colegio Salesiano General Belgrano, y el Colegio San Francisco.
En todas las instituciones se constató que se trataban de falsas alarmas. Sin embargo, se desconoce el origen de esta modalidad y el Ministerio de Educación de la provincia no da respuesta a estos hechos.
Ahora, el problema se extendió y llegó la amenaza a la escuela Juan Luis Nougués, también de la capital, ubicada sobre la calle Lincoln al 1.300, entre Larrea y Matheu. La particularidad de este caso es que se trata de una escuela pública, siendo la primera vez en los últimos días que llega una intimidación por explosivos a una institución educativa no privada en los últimos días.