El presidente Javier Milei ha desencadenado una ola de despidos masivos que pretende desvincular a unos 15.000 empleados públicos para el 31 de marzo, como parte de su objetivo de reducir en 70.000 puestos el Sector Público Nacional durante su mandato. Esta medida, anunciada tres meses atrás por el vocero presidencial, Manuel Adorni, ha generado fuertes tensiones con el sindicalismo, que ha amenazado con tomar edificios públicos como forma de protesta.
Los principales sindicatos de trabajadores estatales, ATE y UPCN, han anunciado una «toma» de edificios públicos para el próximo miércoles 3 de abril si no se revierten los despidos. En un comunicado conjunto, instan a ingresar masivamente e ilegalmente a diversos edificios, incluyendo la Casa Rosada y ministerios clave.
A pesar de la resistencia sindical y las amenazas de acción directa, desde Presidencia no se planea dar marcha atrás con la medida. Para Milei, reducir la planta de empleados públicos es una promesa de campaña fundamental para su visión del Estado. El envío masivo de mails de despido ha causado revuelo, con más de 15.000 trabajadores afectados, y ha llevado a ATE a convocar a un paro nacional, lo que algunos ven como un intento abiertamente golpista.
¿El sindicalismo llama a un golpe de Estado? El gremio de trabajadores del Estado (ATE) llamó a tomar todos los edificios públicos, inclusive edificios militares.