Hubo humo blanco primero en Casa de Gobierno y luego en la Legislatura de Tucumán. En tiempo récord, la interna peronista tucumana llegó a su fin luego de un fin de semana de extrema tensión e incertidumbre en el que, durante toda la noche, fue imposible adelantar nada de lo que pasaría esta mañana con las máximas autoridades de la provincia.
Osvaldo Jaldo, gobernador interino, y Juan Manzur, flamante jefe de Gabinete de Alberto Fernández, llegaron a un acuerdo para garantizar la gobernabilidad. Y es así que el legislador Sergio Mansilla fue ungido como el nuevo presidente subrogante del cuerpo legislativo, secundado por el jaldisla Regino Amado y por la bussista Sandra Orquera.
Pero el fin de la interna peronista, cruenta de principio a fin, recién quedó en evidencia con un gesto físico en el edificio parlamentario provincial: el abrazo entre Jaldo y Mansilla.
La postal, más allá de las palabras de Manzur asegurando a sus allegados que nadie los sacaría de sus puestos de trabajo, lleva tranquilidad a las filas del peronismo tucumano que desde la próxima sesión legislativa se presentará como un solo bloque.
La reconciliación se da, además, a un mes de las elecciones legislativas del 14 de noviembre, en la que se definirán los nuevos senadores y diputados que representarán a Tucumán en el Congreso de la Nación. ¿Unidos irán por el 3 a 1 o mantendrán la estructura para salir 2 a 2? Habrá que esperar.