El domingo a las 4 de la madrugada, Rocío Belén Medina, de 20 años, recibió una pedrada en el rostro que la dejó inconsciente, desfigurada y con derrame cerebral.
Ocurrió en las cercanías de un bar de calle Santiago al 1300, en San Miguel de Tucumán, en medio de una trifulca entre dos grupos de jóvenes que se pelearon y se lanzaron con todo lo que encontraron a su paso.
No había policías, según comentó la víctima, ahora en una cama de una sala de emergencias. “En estos momentos me encuentro internada en el Hospital Padilla hasta poder recuperarme del derrame cerebral y la desinflamación de la cara. Había llamado a mi mamá para que me pase a buscar y ahí me pasó todo”, recordó la joven.
No había ningún control del Comité Operativo de Emergencia (COE), a pesar de que eran pasadas las 4 de la madrugada, hora que ellos mismos dispusieron a pedido del gobernador Juan Manzur para que los bares finalicen su atención al público.
Ninguno de los agresores fue detenido. Ni siquiera fueron identificados y no hay registro de la trifulca que llevó a Rocío hasta una cama del Padilla.